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Por Facundo Javier Sota

Este trabajo final de Licenciatura en Comunicación Social se enmarcó en el campo de estudios sobre las memorias colectivas -concebidas como un proceso permanente de construcción intersubjetiva y dialógica de experiencias compartidas, con soporte en los distintos discursos que circulan en la sociedad-, abordando más precisamente los acontecimientos ocurridos a partir de la última dictadura cívico-militar en nuestro país, en torno a las cuales se vuelven centrales nociones como la representación de los eventos socialmente traumáticos, la (re)construcción de la memoria colectiva, su proceso de legitimación, la construcción de los sentidos en disputa sobre el pasado y su legado en el plano societal. Este modo de concebir las memorias supone el reconocimiento de la existencia de conflictos entre emprendedores que luchan por instituir y legitimar un núcleo significativo sobre lo ocurrido en nuestro pasado reciente, en arreglo a un proyecto futuro, y a determinados intereses éticos y políticos.

Así, el objeto de investigación comprendió el proceso por el cual fue posible la recuperación del ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Extermino, y su constitución como Sitio de Memoria: la identificación del dispositivo narrativo sustentado en el discurso que allí se genera/atraviesa, desentrañando el contenido en sus diversas capas de significación. Es decir, los sentidos que se (re)construyen desde el Espacio en relación a ese proceso; los textos, lenguajes, objetos y actividades que reflejan las huellas, marcas y relatos del pasado, configurando una narrativa a los fines de conformar, confrontar, transmitir y recrear determinada memoria social acerca del terrorismo de Estado y de la violación sistemática de los derechos humanos. Se analizó, además, el carácter performativo y simbólico de las representaciones que allí se elaboran, en tanto se ajustan a condiciones objetivas, autorizadas y reconocidas en la lucha por la imposición de una visión legítima del mundo social.

El abordaje se nutrió de diferentes corrientes y desarrollos teóricos, provenientes de una multiplicidad de disciplinas tales como la sociología, la historiografía, la antropología y la filosofía de la historia, entre otras. Cada una de ellas aportó una visión crítica y analítica, que reconoce a las memorias como discursos narrativos y las diversas maneras de tramarlos (H. White), para interpretar las luchas y conflictos entre las diferentes versiones del pasado (E. Jelin), en los complejos modos de vincularlos con las temporalidades del presente y del futuro (R. Koselleck), y la particular configuración de las condiciones para legitimar una cierta visión del mundo social (P. Bourdieu); respondiendo a la compleja trama de núcleos temáticos más específicos que derivan del campo de la memoria social.

Así, el primer capítulo del trabajo expone y sistematiza las principales herramientas teóricas y conceptuales a partir de las cuales se construyó el problema de investigación y se llevó a cabo el estudio. El segundo capítulo recupera, en perspectiva histórica, los orígenes y el devenir del Movimiento de Derechos Humanos en Argentina, identificando actores, procesos, acontecimientos, y sus articulaciones. El tercer capítulo aborda el proceso por el cual se fueron conquistando los diferentes Sitios de Memoria, y los debates en torno a los contenidos y funciones que éstos debían asumir. El cuarto capítulo presenta el análisis de los datos recogidos durante el trabajo de campo realizado en el Espacio para la Memoria La Perla: un análisis detallado del dispositivo narrativo que se configura a partir de diversas salas, muestras y actividades del Sitio.

La investigación desarrollada muestra, entre otras cuestiones, que la constitución de los Sitios de Memoria en nuestro país inauguró un amplio y rico debate en torno al modo en que estos Espacios deben/pueden abrirse al conjunto de la sociedad, presentando un relato acerca de lo que allí ocurrió durante la dictadura, y constituyéndose en un lugar de construcción de futuro. Muchos de estos Sitios han optado por combinar distintas modalidades de representación, que admiten la convivencia productiva del testimonio que dejaron las víctimas y los sobrevivientes; la puesta en juego de dispositivos de tipo museísticos, que contienen propuestas pedagógicas; y opciones de carácter performativo, que tienen como eje central la participación y apropiación del público en las muestras y actividades que esos Espacios organizan.

El Espacio para la Memoria y Promoción de los Derechos Humanos La Perla es un ejemplo de este modo amplio de concebir y llevar adelante un Sitio: su particular estructura textual compleja combina dimensiones testimoniales, performativas y museales-pedagógicas. Las distintas propuestas de muestras, salas, actividades y encuentros que se llevan a cabo en el Espacio están dirigidas, también, a socializar al público en prácticas políticas democráticas enraizadas en el presente, y en vistas a desarrollar y fortalecer un Estado de Derecho que encarne los valores de igualdad y justicia desde la particular identidad que corporizan como comunidad mnemónica: Memoria, Verdad y Justicia.

Finalmente, el dispositivo narrativo construido desde el Espacio para la Memoria La Perla se propone como un dispositivo esencialmente performativo, es decir, dirigido a “hacer ver, hacer creer”, en la práctica misma de la enunciación, un mundo donde se amplíen y profundicen diversas demandas democráticas procedentes de heterogéneos colectivos de ciudadanía.